#008 Detalles Que Hacen Ruido

Hay cosas que no deberían doler... pero lo hacen.Un plato sucio que se quedó toda la noche.Un “ok” sin emoji.Un “mejor otro día” que suena a nunca.

Detalles mínimos, casi invisibles, pero que en mi cabeza suenan más fuerte que cualquier alarma a las 3 de la mañana.

Y no, no es drama. Es atención.

Al tono, al gesto, al silencio. A la diferencia entre “te quiero” y “te quiero mucho”.

A cómo alguien cierra la puerta cuando se va (si se despide o si simplemente… se va).

Esta semana, más que grandes eventos, lo que me sacudió fueron esos detalles: un mensaje que no llegó, una canción que sonó en el supermercado, una vela que se apagó sola.

Así que este newsletter no es un resumen de logros. Es una especie de diario emocional para esas cosas pequeñas que se sienten gigantes cuando nadie está mirando.

Libros que leí

“I'm Glad My mom Died” – Jennette McCurdy

Este memoir es una sacudida: brutalmente honesto, incómodamente gracioso y absolutamente necesario. Jennette McCurdy, Sam de iCarly, cuenta su historia de abuso emocional, trastornos alimenticios y control materno, con una voz tan sarcástica como vulnerable. No es un libro sobre odio, sino sobre sobrevivir a una infancia marcada por la presión de ser perfecta para los demás y el doloroso proceso de empezar a vivir para una misma. Dato extra: Apple TV está produciendo una serie y la mamá será Jennifer Aniston.

“Tenemos que Hablar de Kevin” – Lionel Shriver

No es una historia de crimen, sino de maternidad, culpa y la pregunta imposible: ¿los monstruos nacen o se hacen? Lionel Shriver desmonta la maternidad idealizada y nos lanza a una espiral de dudas donde no hay respuestas fáciles, solo verdades que incomodan.

Recetas Que Probé

Hay una cafetería a la que siempre voy. Tienen la mejor galleta de chispas de chocolate que he probado, y créeme, hablo con autoridad: soy prácticamente una sommelier de galletas. Pero hay un problema: no son consistentes. A veces la galleta está DIVINA, otras simplemente rica… y algunas veces, meh. Por eso comencé a buscar la manera de replicarla. Este video es perfecto porque explica cómo cambia el resultado de las galletas si alteras ligeramente un paso. Yo no hice todas las pruebas que él hizo (aunque no descarto intentarlo), pero sí probé dos: hornearlas directamente y dejarlas reposar 24 horas. Y sí, se nota la diferencia. Las dos quedaron igual de ricas, siendo honesta.

Mi mamá cumplió años y pidió una torta de vainilla ¿Por qué? No lo entiendo, para mí, las tortas de cumpleaños son de chocolate. Sin embargo, esta receta me sorprendió. No es un bizcocho simple: tiene algo que la hace especial, diferente… y no sé cómo explicarlo.

Planes y Experiencias

  • Escuché las historias de mi abuelo… otra vez. Me las sé todas, palabra por palabra, y hasta podría narrarlas con la misma entonación. Pero hay algo reconfortante en volver a oírlas. Es como un ritual: el mismo cuento, la misma voz, y la sensación de que el tiempo se detiene por un ratito.

  • Hice una amiga en la cafetería. Me miró, yo la miré, y sin dudarlo vino directo a sentarse conmigo. Cero miedo, cero protocolos sociales. Era una perrita y no un ser humano, porque sinceramente… hacer amigos así de fácil sería un sueño.

Hallazgos Variados

  • Serie: Avatar: la leyenda de Aang. ¿Una serie de 2005 que sigo viendo todos los años? Sí, puede ser. Hay varias que veo religiosamente, y esta es una de ellas.

  • Aplicación: Cal AI. Prometí que nunca lo haría, y aquí estoy… contando calorías. Pero esta app me convenció: le tomas una foto a tu plato y la inteligencia artificial hace la magia. No digo que me guste saber cuánto tiene una galleta, pero la curiosidad ganó.

  • Objeto tonto que amo: Fui al supermercado y había una promoción que incluía una licuadora pequeña de Baby Yoda. Obviamente, la compré… junto con los 3 kilos de chocolate que venían en el combo.

Esta semana me di cuenta de que muchas de las cosas que más me sostienen no hacen ruido en el momento, pero resuenan después.

Como ese mensaje que no mandé, pero escribí igual.

Como el abrazo que no pedí, pero alguien me dio sin que dijera nada.

No siempre sé qué me salva, pero a veces son esos gestos diminutos los que, sin querer, me arman de nuevo.

Favorito Destacado

Esta semana encontré mi refugio: el piso, dos perras y cero expectativas.
Después del gimnasio y con el calor pegando como enemigo personal, me tiré en el suelo y ellas vinieron a acurrucarse conmigo.
Por un momento no existía el cansancio ni las listas pendientes, solo respiraciones sincronizadas y la sensación simple (pero gigante) de estar bien.

¿Qué detalle te hizo ruido últimamente, pero te enseñó algo que no sabías que necesitabas escuchar?

No siempre sabemos explicar lo que sentimos.

Pero a veces, ponerle nombre a los ruidos suaves ya es un acto de resistencia.

Gracias por leer, por quedarte, por no minimizar lo que otros no ven.

salu2,

A.