#022 Dentro de Esta Cabeza No Firmé Nada

Mi cerebro es como ese grupo de WhatsApp que quieres silenciar: mensajes a todas horas, notificaciones innecesarias y un caos que no recuerdo haber aceptado.

A veces me pregunto en qué momento firmé contrato para tener pensamientos a las 3:00 a.m. del tipo “¿qué fue de la gente de High School Musical?” o “¿y si mañana dejo todo y me vuelvo repostera?”. Spoiler: nunca firmé nada.

Pero aquí estamos, conviviendo con una mente que trabaja como si alguien hubiera dejado veinte pestañas abiertas. Y aunque agotador, también tiene algo tierno: dentro de este desorden, a veces aparecen las mejores ideas, recuerdos y ocurrencias.

Libros que leí

“Friends That Invest” – Simran Kaur

¿Te ha pasado que todos empiezan a hablar de inversiones y tú solo asientes esperando entender algo? Este libro es una guía clara y amigable para principiantes. Simran Kaur explica los principios básicos que puedes aplicar a cualquier mercado, así que si invertir (o simplemente entender cómo funciona el dinero) está en tus metas, este libro es un gran punto de partida.

“How Music Works” – David Byrne

Una carta de amor a la música y a todo lo que la hace posible. David Byrne explora cómo el sonido que escuchamos depende del lugar, la tecnología y las personas que lo rodean. Es un recordatorio de que la creatividad florece dentro de los límites, y que la música (como la vida) es un experimento constante entre curiosidad, contexto y emoción.

Recetas Que Probé

Rollitos de Cardamomo

No te voy a mentir: esta receta no la hice yo. Pero en este viaje a Suecia descubrí que los “rollitos” son casi una religión. Hay cafeterías que los venden del tamaño de mi cabeza. Entre todas las versiones, los de cardamomo son mis favoritos: aromáticos, suaves y con ese sabor cálido que te obliga a prometer que vas a hacerlos en casa (y cumplirlo).

Galletas IKEA

Mi amor por las galletas de avena nació cuando probé unas crujientes en una pastelería. Desde entonces, si veo galletas de avena crunchy, tengo que probarlas. Estas, además, tienen chocolate… y no necesito decir más. Solo hazlas.

Planes y Experiencias

  • Parque de atracciones. Yo solo quería pasear, comer algo dulce y mirar las luces. Mis amigos, en cambio, querían poner a prueba mi sistema nervioso. Entre la casa del terror y la montaña rusa, terminé gritando, riendo y preguntándome por qué confío tanto en ellos.

  • Museo en solitario. Mientras todos trabajaban, me regalé un rato conmigo. Caminé entre cuadros y esculturas, sin rumbo, con esa sensación de paz que solo te da estar sola pero no sentirte sola. Terminé leyendo en el café, observando a la gente pasar y pensando que a veces los mejores planes son los que no se comparten.

Hallazgos Variados

  • Película: Ponyo. Es imposible ver esta película y no sentir que el mundo sigue teniendo magia. Un niño, un pez dorado y un amor tan inocente que te recuerda por qué las películas de Studio Ghibli son puro consuelo visual. Es de esas historias que te limpian el alma un poquito.

  • Aplicación: Flighty. Con los años, mis nervios en los vuelos aumentaron proporcionalmente a mi necesidad de tener todo bajo control. Flighty es mi copiloto emocional: te avisa si el avión se retrasa, cuánto falta para aterrizar y hasta te guarda el historial de vuelos (porque a veces también da gusto ver todo lo que ya sobreviviste).

A veces pienso que nuestra mente no trae contrato porque nadie aceptaría los términos si los leyera completos. Esa voz interna que opina de todo, que interrumpe en los peores momentos y que, aun así, a veces acierta.

Supongo que el truco no está en silenciarla, sino en aprender a convivir con ella, a dejar que diga lo suyo mientras seguimos adelante. Porque entre el ruido, las dudas y las mil versiones de mí que viven ahí adentro, también nacen mis mejores ideas, mis recuerdos favoritos y las ganas de seguir contando historias.

Favorito Destacado

Viajar por un día

Nos levantamos temprano, con ese tipo de emoción que solo da una mini aventura sin mucho plan. Caminamos, comimos, nos perdimos un poco y terminamos con los pies molidos, pero con la cabeza llena de momentos que no se repiten igual dos veces. Fue un viaje breve, sí, pero suficiente para recordarme que no hace falta cruzar océanos para sentir que estás viviendo.

Si tu cabeza fuera un grupo de WhatsApp, ¿cómo serían los mensajes de hoy?

¿Notas de voz eternas? ¿Memes para distraerte? ¿Mensajes dejados en visto por pura ansiedad?

Sea cual sea el tipo de chat mental que tengas esta semana, gracias por dejarme ser parte del tuyo. Por leer, por responder, por seguir aquí cada vez.

Este rincón existe porque tú estás del otro lado.

salu2,

A.